Soy Práxedes del Carmen Zapata Chávez, propietaria de Cabañas Peumayen Toltén. Inicio esta empresa debido a múltiples factores, todos ligados al núcleo familiar. Mis padres me dejaron una casa en el sector Chanquin. Vivíamos en Santiago y, como familia, nos habíamos propuesto pasar nuestra vejez en un entorno tranquilo, agradable y que en las cercanías tuviera todo aquello que hace bien: naturaleza, paz, ríos, playas, humedales.

Coincidentemente, todo aquello que soñábamos existía en las cercanías de la casa de nuestros padres. Nuestra hija, por recomendaciones médicas, tampoco podía seguir viviendo en la ciudad, pues la contaminación del aire y el ruido le ocasionaban mayores complicaciones de salud. Esto nos hizo adelantar ese sueño, lo que significaba que había que buscar una forma de generar ingresos. Tras un estudio de mercado, terminamos por construir dos cabañas rodeadas de naturaleza viva, en donde compartíamos con nuestros visitantes todas aquellas bondades que tenía nuestro entorno.

¿Cómo es que se pudo adaptar al contexto que impuso la pandemia?

Soy parte de la Cámara de Turismo de Queule y esta crisis la hemos enfrentado como gremio. Si bien las perdidas las asume de manera individual cada empresa, es posible a través del trabajo gremial encontrar soluciones que nos permitan resistir esta crisis. A través del gremio y gracias al apoyo del municipio de Toltén, hicimos una capacitación con la Universidad Autónoma sobre la aplicación de los protocolos por el covid-19.

Posterior a eso, hicimos algunas mejoras a los procedimientos internos de nuestro emprendimiento e implementamos termómetros, planillas de registro de temperatura de nuestros turistas. También modificamos los tiempos entre reservas de cabañas, dejamos pasar a lo menos un día para dar tiempo a ventilar, hacer los aseos y no exponer ni a clientes ni a nuestro personal y familia. Gracias a las características del lugar, hacemos acompañamiento a los turistas en sus actividades de ecoturismo, dado que el relato permite que las estadías sean más prolongadas.

¿Dónde está la identidad de Peumayen Toltén?

Peumayen Toltén es un microemprendimiento familiar, compuesto por un conjunto de cabañas, una de estas inclusiva, con mucho potencial de convertirse en un refugio sustentable tipo eco lodge, cuyos pilares son la naturaleza, la hospitalidad, la tranquilidad y la sustentabilidad. Nuestro servicio es el alojamiento, con servicios complementarios que los huéspedes pueden disfrutar durante su estadía. Amplificamos el mensaje de conservación y conexión con la naturaleza que posibiliten que las familias y huéspedes puedan conocer, compartir, experimentar y valorar la cultura local, en un entorno tranquilo y natural, donde además se pueda admirar la flora y la fauna y toda la belleza escénica del río Boroa.

¿Tuvo dificultades de género que le impidieron continuar?

El inicio fue complejo. En ese tiempo, el turismo se estaba recién desarrollado en Queule, en los sectores rurales no había empresas de ningún tipo, mucho menos lideradas por mujeres. Darnos a conocer fue complicado, los apoyos en el ámbito de fomento productivo fueron difíciles de captar, pero la perseverancia, la participación en diferentes reuniones y capacitaciones ayudaron a comprender de mejor manera el rubro y su funcionamiento.

A lo largo de estos años, he acumulado una serie de capacitaciones, muchas fueron en el ámbito del marketing digital, conocimientos que hoy con mucho orgullo puedo aplicar. Las redes sociales me abrieron al mundo y me han permitido recibir turistas de los cinco continentes, turistas que publican en diferentes medios digitales los atributos diferenciadores que les hacen tener una estadía placentera y memorable.

¿Cuál es, entonces, su mensaje para otras empresarias?

Que debemos trabajar en nosotras, capacitarnos y prepararnos para conseguir nuestros objetivos. Todos los negocios son difíciles de realizar y habrá errores si no nos preparamos.  El turismo es la industria más compleja, está llena de sensibilidades que debemos captar y comprender para dar un servicio memorable y es posible crear experiencias cargadas de emociones que tus clientes agradecerán toda su vida.

Comprender que la naturaleza y la hospitalidad pueden generar felicidad es, sin duda, lo más gratificante de esta industria. Aquellos que vivimos del turismo sabemos que nuestro rol es fundamental, pues a través de nuestro trabajo se puede relevar la cultura local, generar empleos, mejorar la economía local, promover el cuidado de la naturaleza, difundir la belleza paisajística de tu entorno y crear conciencia medio ambiental.

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